TRISTEZA, DULCE TRISTEZA

Cuando invades mis aposentos
y posees mi cuerpo.
Cuando llegas sin llamar a la puerta
y te cuelas con el aire.
Cuando desprecias mis sentimientos
y te ríes de mi vida.
Cuando te haces amiga del alma
y me ahogas con tus dedos.
Cuando entras silenciosamente
y rompes mi alegría.
Cuando al oído me cuentas tus penas
y me las contagias.

Cuando alguna vez te tomas un descanso
y hasta te echo de menos.

Cuando me abrazas dulcemente
y me burlo de ti.
Cuando me dices que me amarás hasta la muerte
                                        y me echo a temblar…
Ay, tristeza...
                                              Déjame marchar…

                                                                            9/7/15                                          

2 comentarios:


  1. Me gusta el poema porque reconoce la presencia de la tristeza como una parte de nuestra vida, de nuestra personalidad, de la naturaleza humana, con la que tenemos que convivir, darle un hueco, normalizarla y hasta si podemos, reírnos de ella. Es más, aprovecharnos de ella para que incite nuestra creatividad; la tristeza, inspira... Rosaly

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  2. Así es de simple. Gracias por el comentario tan acertado. Un abrazo en

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