MI NACIMIENTO

Yo fui una intrépida en mi nacimiento.
Yo nací sin permiso de un notario
—ni siquiera obtuve el de mi padre—.

Y fui Eva desobediente;
me aterraba el anfibio y la burlé.
No hice caso a la noche y me envolví
en un pergamino sin letras.

Cuando nací le pregunté a mi madre
que, qué sería de mi vida.
Mi madre quedó como hoja sin árbol.
No supo dónde colocar los ojos.
No supo dónde esconder sus miedos.
No supo si taparme o destaparme
porque el sol me quemaba el blanco amanecer.

Creo recordar que hacía calor esa mañana.

Luego,
me acurruqué a su abrigo en la noche
y me gustó su olor.
Su pecho me supo a cerezo
a jabón verde olía su axila
y a romero la sábana de lienzo soleado.

Las estrellas no se ocultaron esa tarde y la luna
                                no se avergonzó al verme.


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