Y es tu memoria fuente disponible de pasos.
Limpia la cuna de tu mente tierna
vagada por la aurora de un antes y un después.
    
            Lleva prisa tu sangre
       por la mañana de los lirios.

Dime si el monte viejo te lleva en su retina
como mi tarde se abre a las mareas.
Dime si tu espejo cobija al sol,
si has visto la sombra en mis párpados.
Dime si en tu arcilla me ves,
si recoges las mañanas del verso,
o tú, verso mismo cuando habla el agua
o respira el aire, te ciñes el fajín
                                                 de los ocasos
y te cubres de auroras como diosa en los días.

Cuéntame, cuéntame, cómo es el mundo
                                                           después de ti.

 De “Poemas a Julia”

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