IMAGINÉ
A Marta, un verso suelto.
Imaginé, ser
tronco, fuego y sauce
en tu pelo
indignado, ser espuma
de cristal y de nieve, fuente y bruma.
Como un rumor
tu risa se trasluce
por el lar del
recuerdo. Por un cauce
seco va la
gaviota, y se disfuma
como ave de
ola, viento, sal y pluma.
Voz de cascada.
Yo, pez de tu cruce,
adiestro el día
aquel de tu aguacero,
de tu lloro de
rama contenida
como garzo bogado por mis venas.
Hoy respiro tu
esencia, y la quiero,
como a la
tierra siempre amanecida,
con sus
parterres y sus zarzas plenas.
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