SENTIR UN POEMA
Salpica tus
destrozos al poema.
Descúbrele tu
blusa abierta.
Balancea tus
caderas
y tu ironía.
y tu ironía.
y ahora:
le hablas su
idioma.
Le traspasas tus
delirios,
tu noche
negra.
Le cuentas tu
pesadilla
y también tu
pena.
Que se
meriende tu alegría,
y que se cene
tu ausencia,
y que se
vomite encima,
y que se lave
en la alberca.
Luego, te
acuestas tranquilo
como si la
cosa
contigo no fuera.
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