“Cuando
deseaba cantar de amor,
se transformó en dolor”.
Franz Schubert
MADRUGADA
Las hojas se abren en láminas
finas
—como mi
aguja de bordar recuerdos—,
perforando el crepé de la memoria.
“Ven a la cama, ya es tarde, muy tarde.
Está despierto el gallo
y la hija de la luz ha respondido.
Vamos, vamos a la mañana
y que el sol bañe nuestro sueño”.
La sal te arañaba la cara.
“Los juncos de mis venas
no mecen sueños”,
susurraste.
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