MIS MANOS

Una habitación blanca de colores.
Un suelo por donde aparcar
mi corazón como un guijarro,
sin paracaídas.
Mis manos esperando
el nuevo sueño, la nueva aventura
del despertar en lugar neutro 
al relente y sin memoria en los ojos.                        
Abrir de par en par mil puertas
sin fronteras a otra verdad.
Ya desterrados los amarres de antes
limpios de barro los zapatos
qué ligero se alza el vuelo hacia Dios.   
                                                                     

2 comentarios:

  1. Un bello poema de confianza, libertad y apertura a lo nuevo, Julia, felicidades, un abrazo

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  2. Gracias, Greggo, me animas a seguir escribiendo lo que siento. Un abrazo

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