NOCHE, NOCHE
Tengo en mis ojos de metal
un océano bronco como el fuego.
Mi noche está sola entre árboles de carbón
y mi lengua es de mina como piel de caballo herido.
La carcoma en mi vientre se desmiembra
hasta el tobillo del jazmín,
y por mis dedos, surgen las escamas de antes de mis horas.
Del mar me llega el mágico zumbido
de una voz impertinente reclamando mi nombre:
—¿Te llamas Julia?
Y llega el eco abrazado a una lágrima
que anuncia que estoy viva, que sigo respirando
en el limonero desnudo:
—¿Te llamas Julia?
Es la insistencia lo que aturde.
Es la oración del aire lo que viene y va
en cada grito de la marea:
—¿Te llamas Julia?
Es la lentitud de
la muerte lo que se adentra
en cada ruego.
Sí, yo soy Julia.
26/6/17 Fotgr. Internet
Alfonsina y el mar_Mercedes Sosa
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