DICIEMBRE
Diciembre ha muerto,
se ha dormido en las cortinas.
El
rojo de sus labios, con tres lunas de escarcha,
me
ha besado en los ojos
entre el azogue del espejo.
Por
las ramas de una cepa
se ha dejado la
piel
y
me ha lanzado a una autovía
incierta
y
rota.
Diciembre ha muerto,
se ha dormido entre algodones
y
el cielo de su iris, desmembrado en el firme.
Habrá
que podar las adelfas y prestar abrigo a la oliva.
Habrá
que pintar las auroras.
Paletadas
de verdes y amarillos.
Azules
manzanillas.
Arándanos.
Nieve en las cerezas.
Diciembre ha muerto,
se ha dormido entre mis canas.
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