Espérame
en el quicio de tu muerte.
Celebremos un funeral
como el día de nuestra boda
—en familia.
Pero antes,
vivamos el amor a orillas
de un río.
Que un manto de lluvia
riegue nuestros cuerpos
de arrugas libres.
Que los juncos cobijen los besos
y las moras manchen las viejas ropas
dejadas a su suerte.
Espérame
en la noche más larga.
Cantemos nuestro réquiem
como una misa de gloria
—resucitados.
Pero antes,
ámame hasta desfallecer
igual que de niños,
igual.
28/7/16
Dvorák_Romance_for_piano_and_violín
No hay comentarios:
Publicar un comentario