CRISTAL
Es
salvaje la rota ampolla de cristal,
impotencia
aferrada al cinturón de un hombre.
Cristal,
como el cristal se cuelan los azules
de la
muerte que acecha entre naranjos. Frío,
tiene
frío en los párpados y calor en las uñas.
Atenea,
no vendrá, en su auxilio no llega
y el
hombre, se hunde sin la diosa.
Dónde
la paz.
Dónde
la alegría del fuego.
Hay un
rosario de muertos. Hay guerra.
Siempre
la guerra, y los hijos
los
engulle la guerra.
Son
rotos cristales del vientre.
No hay
descanso en el mundo. Oh, dioses, alzaos,
llegue vuestra
ira hasta el misil,
destrozad
a la luna, es una inútil lagartija
mirando
el destrozo en las calles.
Artemisa,
parte en dos tu arco sobre el lomo del sol;
sigue
alumbrando a los malvados
y se
ríe en las calvas de los niños.
Que
atraviese tu flecha el odio,
la
lengua del poder, afilada cuchilla de plata y miedo.
Triste destino el del hombre.
Guerrero.
Triste el poeta que cree que su Rosa puede sobrevivir la espina.
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ResponderEliminarSí, hay veces que el hombre sueña pero el cambio es utopía. Lastima...
ResponderEliminarGracias por tu entrada. Un abrazo