LUIWING BEETHOVEN 

Sopla el Noto. Destruye, lleva y trae los rincones del puzle. Se aprieta a la prisa de quemar dentro. Cada nota, como un agarre por el vientre, recorre kilómetros de tierra, sacude el esqueleto, derrama por las linfas la fuerza del agua en sus pliegues       y entra despacio        l e n t o      a la izquierda del murmullo nervioso que provocan los ríos. 
Música y latido, escaleras de luz, trajes de esparto y seda. 
Música que entra en los soplos del aire y plancha la cerviz. 
Reconstruyes y enciendes. 

A solas contigo, la muerte     no es.  

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