De los suspiros algo nace que no es la pena porque la he
abatido antes de la agonía; el espíritu crece, olvida y llora,
algo nace, se prueba y sabe bueno, (…)
Dylan Thomas
COMO UN ESPEJO, lució el día.
Tus huesos eran gajos de naranja.
Tu
piel, seda de Emperatriz.
Lucieron tus pestañas, como hilos de oro
y tus dedos, brizna de hoja.
Juno, nos
trajo su verdor.
Mostró, latente, su maternidad.
Paró
los relojes del suelo
y tu
madre era mi madre, era mi hija
era la
tierra
el blanco que amanece.
Toda la
tierra parió un hijo.
Una
hortensia, una mora.
La diosa fértil
llega audaz. Juno es la lluvia.
Trompetas. Viento
intenso en mi camastro.
El
relevo en la lucha.
El sudor de una
sábana. La sangre planetaria
con su nocturno resplandor.
El
relevo en la lucha.
De "Poemas a Julia"
De "Poemas a Julia"
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