LADRÓN DE HOJAS

Extravagante, atrevido y oscuro,
ahí estabas, maravillado, vago.
Y corté tu plumaje con mis dedos.
No hubo piedad, en mi corazón, no hubo.
Chillaron tus agujas en mi piel.
Tu resina, en protesta, unió mi carne frágil.
                       Tus dientes cortaban el agua.
Lloraba, por dentro, tu pena
mientras mataba tu risa. Mañana,
el tronco, tu tronco, te buscará 
                                           como una madre.
Y llamará a mi puerta con sus brazos vacíos.

Yo diré que no estás, 

                                       que te fuiste con la marea

y esconderé mis manos como un ladrón de hojas…
                                                                            

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