PESADILLA


Era verde y alto, el trigal
                            cubría su estatura.
No sé si era pequeña o el trigo era un dragón
tan alto, tan alto que nadie vio
sus rizos rubios
su lazo rojo
sus pies al aire
ni las víboras que calzaba el dueño.
Era mañana de verano
y el río cantaba su risa fresca,

No había dioses.
No había sombras, no había espigas.
Quiso volver a casa y no encontró las piedras.
Quiso ser valiente, y despertó.
No había dioses.
No había sombras, no había espigas.

Corría su angustia hacia el agua.

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