(Hablan
dos expulsados de un campo de refugio.)
MAZEN Y SARA
MAZEN
“Y supe, del sabor de la soledad por aquel
paso de ceniza, donde
cada pisada era una tumba en mi
cerebro, una bofetada de león en mi
hombro…”
SARA
“Mi amiga es la
mañana, la noche me persigue
como un cuadro de Van
Gogh, extraviado.
Mi cama tiene las
patas torcidas,
y es por eso que,
los cuadros de los hijos
se me descuelgan de
las paredes
como una borrachera
de recuerdos.
A veces, mientras
lloro la muerta casa, muerta,
hay un silencio que
no altera
la bandada de pájaros
de fuego
ni el zumbido de un
ave seca como papel…”
MAZEN
“Yo soñaba en el barco, que las balas
eran el pan y las teas el rocío,
que las gaviotas salían al encuentro,
aquí, en otra tierra. Soñaba, que
el viento era el Paraíso, y que el agua
era la Aurora. Arropé a mis
hijos en promesas bajo el toldo, y
entonamos el vino fresco de las
manzanas…
Yo soñaba, que la blancura de los pañuelos
se mecía en los picos de
las olas, y besaban con sal mis
pies…”
SARA
“Ay, mi castillo se
desploma
cada día y se le
clavan estrellas
como soles en un
sueño.
Hay un sueño por
donde me pierdo cada noche,
una habitación con
perspectiva de un loco…
y siento ganas de no
despertar,
y dejarme hundir en
la zanja
de los soldados…”
Un poema muy bueno, Julia, de mucha madurez, me alegro de lo que vas haciendo, amiga
ResponderEliminarun abrazo!
Gracia, compañero. Es un placer "ir creciendo" junto a vosotros. Un abrazo
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